El Pez Diablo: La Amenaza Invasora que Devora los Ecosistemas de México
Batalla Contra la Bioinvasión: El Impacto del Pez Pleco en las Aguas Mexicanas
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Publicado el
04-09-2025

Foto: Ilias Triantos. Antes de ser una plaga en nuestros ríos, el pez diablo fue una mascota. Su apariencia única lo hizo popular en acuarios, sin que muchos supieran el daño que podría causar si se liberaba en la naturaleza. Un recordatorio de que las decisiones pequeñas tienen grandes consecuencias.
El pez diablo, conocido científicamente como Pterygoplichthys, se ha convertido en una de las especies invasoras más preocupantes para los ecosistemas acuáticos de México. Aunque su aspecto puede resultar llamativo, su presencia ha generado graves daños ambientales, económicos y sociales. Originario de Sudamérica, este pez fue introducido por error en aguas mexicanas y desde entonces se ha expandido sin control.
Historia y cómo llegó
El pez diablo llegó a México a finales del siglo XX. En un principio se comercializó como pez de ornato para acuarios gracias a su capacidad de limpiar algas. Sin embargo, cuando creció demasiado para los tanques domésticos, muchos propietarios lo liberaron en ríos y lagunas. Esa acción, aparentemente inofensiva, desencadenó una invasión que hoy afecta a estados como Tabasco, Chiapas, Campeche y Veracruz.
Daños a los ecosistemas
1- Este pez compite con especies nativas como la mojarra y la tilapia, arrebatándoles alimento y espacio.
2- Erosiona las orillas de ríos y lagunas al excavar túneles donde se refugia, provocando pérdida de suelo.
3- Su consumo de recursos naturales es desmedido, lo que altera la cadena alimenticia y reduce la biodiversidad.
4- Ha causado pérdidas millonarias a los pescadores, pues destruye redes y desplaza a las especies comerciales.

El Enemigo Submarino: El Daño Oculto del Pez Diablo a la Biodiversidad de México
Foto: Daniel Lloyd Blunk-Fernández.
Soluciones y estrategias
a) Fomentar la pesca controlada de la especie. En algunos lugares se promueve su consumo humano o se utiliza como materia prima para alimento de animales.
b) Crear campañas de educación ambiental para evitar la liberación de especies exóticas en cuerpos de agua.
c) Impulsar proyectos de investigación para darle un uso productivo y así disminuir su impacto negativo.
Expectativas y panorama
El futuro frente a la plaga del pez diablo dependerá de la coordinación entre gobiernos, pescadores y sociedad. Aunque difícil de erradicar, sí es posible mitigar sus efectos si se aplican estrategias de manejo sostenido. El reto principal será equilibrar la conservación de los ecosistemas con la subsistencia de miles de familias que viven de la pesca. De acuerdo con reportes de la CONAPESCA, México avanza en planes de control, pero el desafío sigue siendo enorme.
Más allá de un problema ecológico, el pez diablo se ha convertido en un recordatorio del impacto que puede tener la introducción irresponsable de especies foráneas. La lección está en manos de la sociedad: prevenir nuevas invasiones y rescatar la riqueza de nuestros ríos y lagunas.
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