¿Qué dice el Tratado de Aguas entre México y Estados Unidos de 1944?
Río Bravo y Colorado: La Distribución de Aguas según el Tratado de 1944
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Publicado el
30-04-2025

Foto: Research Gate
El Tratado de Aguas de 1944 es uno de los acuerdos bilaterales más importantes en la historia de la relación entre México y Estados Unidos. Firmado el 3 de febrero de 1944, este tratado regula la distribución de las aguas de los ríos fronterizos: el Río Bravo (Río Grande en EE.UU.), el Río Colorado y el Tijuana.
¿Qué dice el Tratado de 1944?
El acuerdo establece un sistema equitativo de distribución de agua para ambos países. A continuación, los puntos clave:
Río Colorado: Estados Unidos se compromete a entregar a México un volumen anual de 1,850 millones de metros cúbicos de agua.
Río Bravo: México deberá entregar a EE.UU. un promedio mínimo de 431 millones de metros cúbicos anuales, medidos en un ciclo de cinco años, provenientes de los afluentes mexicanos del río.
Río Tijuana: Se establecen medidas específicas para el aprovechamiento del agua, aunque no se asignan volúmenes fijos debido a la variabilidad del caudal.
Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA): El tratado crea esta comisión binacional encargada de vigilar el cumplimiento del acuerdo y resolver conflictos relacionados con el agua.

Tratado de Aguas Internacionales México-USA (1944): Historia y Claves
Foto: Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos
¿Por qué fue necesario este tratado?
A lo largo del siglo XX, el crecimiento agrícola e industrial de ambos países generó tensiones por el uso del agua en la zona fronteriza. El tratado buscó garantizar un suministro estable y justo, especialmente en regiones áridas como el norte de México y el suroeste estadounidense.
Retos actuales: el cambio climático y la escasez
Hoy en día, el Tratado de 1944 enfrenta serios desafíos debido a los efectos del cambio climático y la sobreexplotación de recursos hídricos.
Sequías prolongadas: Regiones como Chihuahua y Texas sufren sequías cada vez más intensas, lo que dificulta el cumplimiento de las cuotas establecidas en el tratado.
Presión agrícola: El uso del agua para el riego intensivo en ambos países ha generado tensiones, especialmente en ciclos en los que México no alcanza a entregar el volumen pactado.
Disminución del caudal: El deshielo temprano y la menor cantidad de nieve en las montañas que alimentan los ríos Colorado y Bravo han reducido significativamente sus caudales.
Conflictos políticos: En los últimos años, ha habido presiones de gobiernos estatales en EE.UU., como Texas, que acusan a México de incumplimiento, lo cual ha reavivado las discusiones diplomáticas.
¿Hay soluciones en marcha?
Ambos países han firmado actas adicionales al tratado original, como el Acta 319 y el Acta 323, que permiten cierta flexibilidad y cooperación en tiempos de crisis. También se ha promovido la modernización de infraestructura de riego y almacenamiento para reducir el desperdicio de agua.
El Tratado de Aguas de 1944 sigue siendo un pilar esencial para la cooperación binacional, pero necesita adaptarse a los nuevos retos ambientales. El agua es cada vez más escasa, y solo mediante acuerdos dinámicos y sustentables será posible mantener la paz hídrica entre México y Estados Unidos.
Para más información, puedes visitar la página oficial de la Comisión Internacional de Límites y Aguas.
El agua no tiene fronteras, pero su manejo sí. El reto es construir soluciones que fluyan como los ríos mismos.
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